El origen de esta obra es a raíz del telar y todo lo que conlleva su realización más que a su confección es a la instancia que se da cuando se juntan mujeres en torno alguna actividad, se llena de magia, de sabiduría, por eso nos remontamos a un mito cosmogónico, LALEN KUZE, la araña madre, tejedora de la naturaleza, quien transmitió su saber del arte del tejer a ÜLLCHE DOMO, primera transmisora de esta gran sabiduría.

En las manos de las mujeres, el telar se transforma en una unión o encuentro entre lo divino y lo humano, entre el pasado y el presente de un pueblo. Es así, como las niñas mapuches adquieren los secretos de la naturaleza, escuchan y observan las historias de las mujeres mayores, dejando una enseñanza sagrada en donde las hebras de colores organizan un entramado para la comprensión del SER MUJER. Este ceremonial permite la transmisión de la herencia ancestral y la sabiduría ancestral de la mujer.

El telar es una forma de resistencia cultural, resistencia que tiene un sentido profundo que identifica a este pueblo y a sus mujeres que se niegan a perder la lengua de la tierra. Resistencia que actualmente estamos dando las mujeres ante el patriarcado, ante todas estas formas que nos han sido inculcadas a través de la historia.