Una vez El Carpo llevó a su hijo Luciano a un cabaret local. Se instalaron y pidieron unos tragos con el resto de la banda. Cuando los ánimos estaban prendidos Pappo le dijo a su hijo que eligiera a la nena que más le gustara. Luciano se negó y dijo que esa onda no era para él. Más tarde y con un par de copas más encima Pappo le vuelve a repetir a la pregunta a su hijo y este finalmente accedió. La encargada del local las hizo desfilar una por una y Luciano eligió a una mina a la que hace rato ya le tenía el ojo echado. Pappo llamó a la mina a la mesa, le dijo algo al oido, la tomó de la mano y se fue el mismo a la habitación con ella. Fábulas incomprensibles que solo los grandes como Norberto Napolitano pueden disfrutar.
Este lunes, cuando Botas sucias toque los mejores temas del Carpo, miren al escenario del Averno y justo en el medio podrán ver la misma cara que Pappo puso cuando cerró la puerta de la habitación aquel día junto a la mina que le había gustado a su hijo.
El rock está lleno de anécdotas que le dan vida.
ENTRADA LIBERADA
CUPOS LIMITADOS